Aumenta la eficiencia del abonado mineral, influye positivamente en el metabolismo de las plantas, en fotosíntesis, fermentación y en respiración. Permite un mayor aprovechamiento de los recursos disponibles ayudando al suelo a disponer de unas características óptimas, corrige la mineralización y salinización del suelo.
Es un fertilizante orgánico que cumple con las normas ambientales y de salud. El material orgánico consiste en gran parte de estructuras de ácidos húmicos que desbloquean los minerales presentes en el suelo. Por lo tanto, los minerales son liberados gradualmente para ser absorbidos por las raíces de las plantas.
Aumenta la capacidad de intercambio catiónico del suelo como resultado de la incorporación de materia orgánica al mismo. Disminuye la erosión del suelo, mejora su capacidad de retención de agua y facilita la respiración de los microorganismos. Reduce los bloqueos y antagonismos entre los diferentes elementos nutritivos.